La tradición del oficio de la cerámica se remonta a nuestros pueblos originarios que habitaron – y habitan – el territorio correspondiente a la actual región del Bíobío. En un principio, la cerámica se centró en objetos utilitarios que servían, principalmente, para la preparación y conservación de alimentos. De esta manera, vasijas, jarrones, ollas y fuentes fueron las primeras piezas que se realizaron en esta región.
La Región del Bíobío es fértil y es la riqueza de sus suelos la que ha permitido conservar el oficio hasta hoy. La gran cantidad de vetas de arcilla que existen en el territorio ha propiciado el desarrollo y mantención de esta tradición a niveles artesanales e incluso industriales.
Muestra de lo anterior es la fama internacional que alcanzó el Bíobío gracias a “Fanaloza” de Penco o “Lota Green” de Lota, importantes y reconocidas fábricas nacionales, mas no las únicas exponentes del oficio. Comunas como Nacimiento y Florida se caracterizan por seguir produciendo de manera artesanal, donde cada pieza tiene su tiempo y el artesano/a moldea con sus manos objetos únicos.
La región del Bíobío no solo es generosa en su tierra, sino también en diversas manifestaciones artísticas que, con distintos matices, van marcando la identidad regional y de nuestra gente. Rescatar estos saberes, aprender el oficio, conocer las características de la cerámica de cada localidad es no solo un deber, sino también un regalo que le hacemos a las nuevas generaciones.
¿Perteneces al ecosistema de la cerámica y la alfarería del Biobío? Participa en el Primer Catastro de Artesanos y Artesanas de la Cerámica de la región, rellena el siguiente formulario.